En Venezuela, una proporción significativa de la población come solo dos veces al día, o incluso menos. Esta cruda realidad se debe principalmente a la insuficiencia de ingresos para adquirir alimentos, la escasez de productos básicos y los elevados precios.
En un recorrido por el mercado Las Pulgas, Noticia al Día pudo constatar que los compradores de estratos más bajos que acuden a este principal centro de abastecimiento de Maracaibo se ven obligados a reducir el número de productos de consumo diario y adquirir aquellos de menor calidad, pero más económicos. Esto, con el fin de equilibrar su presupuesto y asegurarse, al menos, una o dos de las tres comidas diarias: desayuno, almuerzo y cena. "No alcanza el dinero para más", expresaron varios consumidores en una breve consulta.
Adiós a "los tres golpes"

Si bien algunas familias zulianas aún logran mantener "los tres golpes", como popularmente se le conoce a las comidas diarias, la mayoría se ha visto forzada a reducirlas debido a las dificultades económicas, una situación que se siente afectada por la inflación.

Testimonios
Martha Mijáres, compradora habitual en dicho mercado, señaló con frustración: "Vengo un día sí y otro no, y ya no me alcanza ni para la compra del almuerzo y la cena".
Pedro Ferrebus, vendedor de hortalizas, describe la situación desde su perspectiva: "La gente pasa, mira y no compra hasta recorrer todo el mercado buscando el mejor precio, y se quejan de que solo hacen ‘dos golpes’ en su casa".
Magaly Avendaño, un ama de casa, se lamentó de los precios: "A finales de semana solo me alcanza para comprar lo del almuerzo, porque todo está ‘incomparable'", aseguró.
Miguel Ariza, mecánico automotriz, no dudó en expresar la dura verdad: "Lo del "salao" quedó en el recuerdo, porque se puede comprar de vez en cuando un poquito de carne, pollo o puerco. ¡Es un lujo en la mesa del almuerzo!".
La falta de dinero empuja a muchas personas a comer solo una o dos veces al día, en lugar de las tres comidas típicas. Esto se debe a la dificultad para cubrir los costos de una dieta completa y nutritiva, especialmente cuando existen otras prioridades como el cuidado de los niños.
Elección entre cantidad y calidad

Especialistas en nutrición han coincidido en que la escasez de recursos económicos puede obligar a las personas a elegir entre cantidad y calidad, priorizando la alimentación de los niños o limitando las comidas a lo esencial.
En algunos casos, se opta por comidas más económicas, pero menos nutritivas, como granos, harina y huevos, dejando de lado opciones más costosas como carne o pollo.

En Venezuela, la reducción de las comidas se ha convertido en una dura realidad para muchos hogares.
Encuestas recientes revelan que un porcentaje significativo de la población ha tenido que disminuir no solo la cantidad, sino también la calidad de los alimentos que consume.
En resumen, la reducción del número de comidas es una realidad innegable para muchos venezolanos, un reflejo directo de la crisis alimentaria que atraviesa el país.
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Noticia al Día/ Fotos: NAD