Este sábado 25 de octubre, numerosos padres e hijos acudieron juntos al templo, vestidos con atuendos de distintos colores acompañados con la imagen de la Virgen María, en una expresión simbólica de que la fe se hereda, se comparte y se vive en comunidad.
Los colores de las vestimentas reflejan la diversidad de promesas, agradecimientos y peticiones que cada familia llevó consigo.
La Basílica, engalanada para la ocasión, recibió a miles de devotos que participaron en la bajada solemne y en los actos previos a las festividades patronales. La presencia multicolor de las familias reafirmó que la fe mariana sigue viva, fuerte y compartida entre generaciones.



Fotos: José Gregorio Flores y Will Marbal
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