Sábado 13 de septiembre de 2025
Al Dia

"El eco de un clamor: Magaly y sus hijos piden ayuda para una vida digna"

En un rincón olvidado por la fortuna, donde la vida parece haberse detenido, Magaly Sánchez madre de 70 años de edad niega quedarse en cama. Cada día se enfrenta a una realidad desgarradora que arrasa con su espíritu. Madre de dos hijos, Evis y Yeliza, su hogar es un reflejo de su lucha: un lugar donde las paredes, desgastadas y húmedas, cuentan historias de dolor y resistencia. Las lluvias han hecho del techo un laberinto de alambres; cada gota que cae es un recordatorio de la tormenta que vive su familia.

Por Pasante1

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La historia de Magaly es un espejo de la lucha silenciosa de tantas madres que, día tras día, se enfrentan a un mundo que parece haberlas olvidado. Su dolor es un eco que resuena en cada rincón de la humanidad, recordándonos que el sufrimiento no discrimina y que, en la sombra de la adversidad, hay una luz de esperanza que aún brilla. Cada mañana, al despertar, Magaly se encuentra no solo con el peso de su propia salud quebrantada, sino con la carga de dos vidas que dependen de ella.

En un rincón olvidado por la fortuna, donde la vida parece haberse detenido, Magaly Sánchez madre de 70 años de edad niega quedarse en cama. Cada día se enfrenta a una realidad desgarradora que arrasa con su espíritu. Madre de dos hijos, Evis y Yeliza, su hogar es un reflejo de su lucha: un lugar donde las paredes, desgastadas y húmedas, cuentan historias de dolor y resistencia. Las lluvias han hecho del techo un laberinto de alambres; cada gota que cae es un recordatorio de la tormenta que vive su familia.

Ambos hijos de Magaly, Evis y Yeliza, cargan con el peso de una enfermedad genética, miopatía mitocondrial, que ha limitado sus vidas desde la juventud. Evis, diagnosticado con cáncer de colon hace seis meses, ha desafiado todas las expectativas médicas. A sus 51 años, su grito de dolor resuena en cada rincón de su habitación, donde la angustia se mezcla con la incertidumbre. Yeliza, su hija mayor, a pesar de que los médicos le dijeron que no llegaría a los 20, hoy tiene 53 años, pero su vida es un constante desafío, un camino lleno de limitaciones y sufrimientos.

La situación se complica aún más para Magaly, quien ha enfrentado sus propias batallas de salud. Aparte de ser hipertensa y sufrir de diabetes tipo 2, ha pasado por tres infartos y una operación al corazón. A pesar de estas adversidades, se levanta cada día con la esperanza de proporcionar lo mejor para sus hijos. Sin embargo, sola y sin recursos, enfrenta la angustia de no poder ofrecerles lo más básico: pañales y medicinas que necesitan urgentemente. Hay días en que el hambre se siente más fuerte que el amor que ella les tiene.

En medio de esta lucha, Magaly ha recurrido a los estados de WhatsApp, pidiendo con desesperación sábanas y pañales. Su situación es crítica; su hijo Evis, quien sufre de cáncer, ha pasado días enteros con un pañal hasta que alguien le regale uno. La necesidad es apremiante, ya que el cáncer ha hecho que su hijo expulse agua verde, lo que agrava aún más la situación. Un paquete de pañales solo le dura dos días, ya que Evis toma agua y, a los pocos minutos, necesita ser cambiado. La presión de tener que lavar y cambiar pañales constantemente es abrumadora.

En estos momentos se encuentran viviendo en unos cuartos prestados por su sobrino, ubicados en la parte frontal de la casa. Mientras intentan resolver su situación, estos espacios se han vuelto un refugio temporal, aunque no están exentos de problemas. Las paredes presentan humedad y, lamentablemente, las moscas se han convertido en un símbolo del sufrimiento que enfrentan.

Esta madre no solo clama por ayuda a su familia y amigos; también ha decidido elevar su voz hacia las autoridades. Con el corazón lleno de esperanza, ha pedido ayuda al alcalde y al gobernador, solicitando que su situación sea más sostenible. Ella anhela no solo un refugio seguro para sus hijos, sino también el apoyo necesario para acceder a medicinas y recursos básicos que les permitan vivir tranquilamente.

Magaly no solo pide ayuda por pañales, sino que también pide con desesperación que le ayuden a reparar el techo de su hogar. Ella estaría dispuesta a vivir con las paredes agrietadas si al menos tuviera un techo estable donde refugiarse junto a sus hijos. La situación es insostenible y su ruego es claro: necesita apoyo, no solo para sobrevivir, sino para mantener a salvo a su familia.

Foto: Willberth Marval
Foto: Willberth Marval
Foto: Willberth Marval
Foto: Willberth Marval
Foto: Willberth Marval
Foto: Willberth Marval
Foto: Willberth Marval

Foto: Willberth Marval
Foto: Willberth Marval
Foto: Willberth Marval

Foto: Willberth Marval

Kelly Nava/ Pasante

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