
Aunque han resistido historicamente el paso del tiempo, estas calles emblemáticas han experimentado sus propias transformaciones a lo largo de los años.
El urbanismo de la capital zuliana ha sido, y sigue siendo, una fuente inagotable de inspiración para numerosos compositores gaiteros, cuyas letras resguardan con pasión la belleza de una ciudad que, a pesar de los cambios, mantiene vivos sus espacios y su esencia.

Estas arterias urbanas han logrado mantener su identidad y carácter, erigiéndose como testigos silenciosos de la evolución de Maracaibo. Sin embargo, no han estado exentas de desafíos, viéndose afectadas por factores como el crecimiento urbano descontrolado, los cambios socioeconómicos y en algunas ocasiones, la falta de inversión en infraestructura.

Las calles viejas son joyas con pasado y presente
Las calles de la ciudad son testigos silenciosos de una rica historia y una vibrante cultura. Cada rincón, desde el bullicioso Boulevard de Santa Lucía hasta la entrañable Calle Carabobo, ofrecen un vistazo a las tradiciones y vivencias de sus habitantes.

La Calle Derecha, por ejemplo, con su importante valor paisajístico, amplias aceras, jardines y fuentes, ha sido un escenario crucial en la historia de Maracaibo. Hoy en día, sigue luciendo su encanto, aunque a veces algo opacado.
Por su parte, "La Ciega", considerada la primera calle oficial de la ciudad, se esconde discretamente detrás del edificio de la Secretaría de Cultura, en la Avenida El Milagro, esperando ser redescubierta.

Las calles Sucre y Páez se entrelazan en la Plaza de la República, creando un espacio histórico donde la arquitectura antigua de Maracaibo se exhibe con orgullo.
La calle Carabobo, un lugar que identifica el viejo Maracaibo por excelencia, rodeada de casas coloniales y vibrantes centros culturales que mantienen viva la tradición. Lamentablemente, la icónica Calle La Marina desapareció del casco central para dar paso a la moderna Avenida Libertador, un recordatorio de los cambios inevitables del progreso.
Algunas han perdido sus nombres originales

Viejas de estas vías han perdido sus nombres pero se mantienen como recuerdos imborrables y para muchos maracaiberos de la época es imposible que no sepan por ejemplo que la calle Arismendi la llamaron la calle "La Perdición", apodo que tomó porque en la zona vivían mujeres que llamaban de "la mala vida" y donde se formaban peleas.
La calle Amparo fue conocida después como "La Mala Ley" y la calle Los Locos cerca de la Plaza Urdaneta ,bautizada así porque vivían algunos enajenados.

Así mismo, la calle los Brollos, por los lados de la Cañada Brasil, la llamaban así poque la gente chismosa se sentaba al frente para hablar de todo el que pasaba. Otras importantes son las llamadas calle Los Muertos en El Milagro, la calle Los Santos, la calle El Silencio en el Saladillo, bautizada así porque nadie daba pistas a las autoridades cuando ocurría un hecho.

La calle El Tapón cerca de San Felipe , la llamada calle El Jabón titulada así porque cuando llovía se formaba un lodo que impedía el tránsito. La popular calle Los Cachos al final de Bella Vista le colocaron ese remoquete porque botaban en el basurero los cuernos de los animales que sacrificaban en el matadero.
Un sentimiento que perdura
Cada calle no solo conecta lugares, sino que también entrelaza vivencias y costumbres de su pueblo. La Carabobo "es casi mágica", un rincón que parece detenido en el tiempo, que contrasta con el bullicio de otras ciudades y que llama a ser explorado al ritmo de sus bellas casas y su gente.

Como bien resume el sentir popular en una de sus gaitas: "Cómo no voy a extrañar todas esas calles viejas, de tradiciones que albergan nuestro clamor popular, ¡viva la zulianidad del antaño que refleja su belleza sin igual y en el pasado se queda!".
Aquí queda plasmada la nostalgia y el profundo apego que los marabinos sienten por sus calles tradicionales, guardianes de un patrimonio que se niega a desaparecer.
Noticia al Día/
Fotos; Will Marval