La inteligencia artificial ha comenzado a ocupar un espacio íntimo en la vida de muchos venezolanos: el de la memoria.
A través de plataformas que permiten generar imágenes hiperrealistas de personas fallecidas, ciudadanos han comenzado a recrear momentos con sus seres queridos, en lo que algunos describen como “un abrazo que rompe el alma”.
El fenómeno, que ya ha tenido impacto global con aplicaciones como Replika, StoryFile y Seance AI, ha llegado a Venezuela con fuerza emocional.
En redes sociales se han viralizado imágenes generadas por IA que muestran a personas abrazando digitalmente a familiares que ya no están. Uno de los casos más comentados ha sido el de la ex Miss Venezuela y actriz Mónica Spear, asesinada en 2014.
Estas herramientas utilizan fotografías, grabaciones y datos personales para construir representaciones visuales que, aunque artificiales, logran conectar con el recuerdo. Para muchos, ver a una madre, un hijo o una figura pública fallecida en una imagen nueva —sonriendo, abrazando, caminando junto a los vivos— representa una forma de cerrar ciclos o rendir homenaje.
Lo cierto es que la tecnología ha abierto una nueva dimensión de lo humano: la posibilidad de recordar, de hablar, de abrazar… aunque sea a través de una imagen que nunca existió, pero que duele como si fuera real.
Psicólogos advierten que prolongar el vínculo con personas fallecidas a través de imágenes puede interferir con el proceso natural de duelo. Investigadores de la Universidad de Cambridge han alertado sobre el riesgo de una “segunda pérdida” si el avatar o imagen desaparece o deja de funcionar.
En Venezuela, donde el duelo colectivo por figuras como Spear sigue latente, estas imágenes han sido recibidas con una mezcla de consuelo y controversia. Algunos las ven como una forma de preservar el legado, mientras que otros cuestionan el uso de la imagen de personas fallecidas sin consentimiento familiar.
Sin embargo, el impacto emocional de estas creaciones ha generado debate.
Noticia al Día / Infobae/ El Comercio