El cantante venezolano Guillermo Dávila ha generado una nueva ola de controversia tras sus recientes declaraciones en el programa de televisión El valor de la verdad en diciembre de 2025. Durante su participación, el artista admitió que mantiene un distanciamiento absoluto con su hija mayor, Marielena Dávila, quien no le dirige la palabra desde hace aproximadamente ocho años. Según explicó el intérprete, el quiebre en la relación se produjo a raíz de la polémica paternidad de su hijo peruano, Vasco Madueño, situación que provocó que su hija se sintiera profundamente molesta con él.
En la misma entrevista, Dávila abordó sin rodeos el complejo historial con su hijo Vasco, reafirmando una postura que ha dejado atónitos a muchos seguidores. El cantante confesó abiertamente que no se arrepiente de haber negado inicialmente su vínculo biológico con el joven, argumentando que en aquel momento no comprendía la situación ni tenía una relación directa con los hechos que se le imputaban. Para el artista, su reacción inicial fue producto del desconcierto y del temor ante el impacto mediático que rodeó el caso durante años.
A pesar de la frialdad de sus declaraciones sobre el pasado, el presente de la familia Dávila muestra matices contradictorios debido a los recientes eventos trágicos. Tras el fallecimiento de Jessica Madueño, madre de Vasco, ocurrido el pasado 22 de noviembre de 2025, el cantante expresó sentirse conmovido por la situación de su hijo y manifestó su deseo de apoyarlo en el futuro. No obstante, estas muestras de afecto hacia Vasco parecen haber profundizado la brecha con Marielena, quien ha tomado decisiones drásticas para alejarse aún más de su padre tras escuchar sus últimas confesiones públicas.
Por su parte, la presentadora Chiquinquirá Delgado ha salido en defensa de su hija Marielena tras las revelaciones del cantante, subrayando la firmeza de la posición de la joven frente al conflicto familiar. Mientras Dávila continúa procesando su reconciliación con Vasco y su orgullo por el talento musical del joven, su relación con su hija mayor permanece en un punto muerto, marcada por casi una década de silencio que no parece tener una resolución cercana en el horizonte de 2025.
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