El 13 de marzo de 2013, el humo blanco anunciaba un nuevo líder que dirigiría la iglesia católica desde el Vaticano. El primero de América Latina. Era Francisco, el llamado con el tiempo el "Papa de los Pobres", el que escribió un nuevo capítulo en la historia de la iglesia católica al criticar muchas de sus actuaciones.
Distendido, sonriente, bromista, y en otros momentos, muy serio, conmovido y adolorido, pero siempre dispuesto a responder sin rodeos a las preguntas que le planteaban desde el primer momento que se hizo papa, así se vio siempre, conocido por su humildad, su apego a la ayuda para los pobres y su compromiso de diálogo con personas de diferentes orígenes y credos.
Mostró siempre una sencillez, una prueba de ello su decisión de residir en la Casa de Santa Marta, en lugar de la residencia papal en el Palacio Apostólico Vaticano, usada por sus antecesores desde 1903.
Fue conocido por pertenecer a la orden jesuita, la misma que le permitió tener un extenso conocimiento de temas sociales y humanistas. Su tipo de educación lo llevó a tocar temas que eran prohibidos para la iglesia católica, tales como la homosexualidad y el aborto.
Entre las acciones que lo caracterizaron también destacan sus iniciativas de reforma en campos tan diversos como la economía y las finanzas, la administración, los tribunales eclesiásticos y el derecho canónico, las comunicaciones sociales, la sanidad, el laicado y la familia, sobre lo que propuso soluciones en temas como la transparencia en las finanzas vaticanas, la coherencia entre la misión evangelizadora, la actividad económica y la simplificación de la burocracia.
Desde sus inicios como arzobispo fue conocido por su humildad, conservadurismo doctrinal y su compromiso con la justicia social. Fue un líder de la iglesia preocupado por promover el diálogo y acercarse a los distintos colectivos sociales, fuesen o no católicos; reforzando la tarea pastoral en las parroquias, aumentando la presencia de sacerdotes en las villas (barrios marginales), por lo que fue conocido como «el Obispo de los pobres".
Los pobres no pueden ser un descarte
Fue un fiel defensor de los trabajadores y fustigó los empleos que someten a las personas a condiciones laborales injustas o denigrantes, tales como la prostitución o los talleres clandestinos, los cuales calificó siempre de esclavitud y trata de personas.
Dijo en una oportunidad: ”Pido justicia por estos hombres y mujeres sometidos a la trata de personas en cualquiera de los rubros: talleres clandestinos, prostitución, chicos sometidos en trabajos de granjas y los cartoneros que viven de las migajas que caen de la mesa de los satisfechos”.
Recientemente tomó unas decisiones importantes para ayudar a los pobres de Roma, tales como establecer un dormitorio, servicio médico y lavanderías, después de realizar en las noches, recorridos por las calles para darles de comer a los hambrientos. Siempre estuvo en desacuerdo con los grandes gastos que hacía la Iglesia. Por ejemplo, cada traje de un cardenal cuesta alrededor de $20.000. y el pontífice tomó consciencia de esto. Algo que antes no se había hecho nunca. También subastó su automóvil para beneficiar a los desamparados.
Los pobres no pueden ser un número, un problema o peor aún, un descarte. Son nuestros hermanos, carne de nuestra carne (…) Debemos sentir la cuestión de la pobreza como una urgencia eclesial", dijo el papa Francisco en la asamblea de la diócesis de Roma ante miembros de la sociedad civil reunidos en la basílica de San Juan de Letrán.
Su acción siempre fue reconocida por la clase de más bajos recursos y en una oportunidad organizó cenas con cientos de pobres, y abrazó a prostitutas, acariciando a enfermos terminales, a niños y a encarcelados.
En cada una de sus apariciones en público, siempre se refirió al verdadero papel del recinto eclesiástico y los pobres señalando: "Para poder recorrer el camino de la paz, los hombres y los pueblos tienen necesidad de ser iluminados por el rostro de Dios".
Papa Francisco pidió perdón
"Les pido perdón en nombre de los cristianos que no leen el Evangelio encontrando la pobreza en el centro. Les pido perdón por todas las veces que los cristianos delante de una persona pobre o de una situación pobre, miramos para otro lado, Perdón", pidió en varias oprtunidades el jefe supremo de la iglesia.
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