Tras pasar varios días desde que Israel lanzó un masivo bombardeo sobre territorio iraní, provocando la represalia del país persa y una mayor escalada de hostilidades, el presidente de EE.UU., Donald Trump, se enfrenta a una elección importante: seguir insistiendo en la resolución pacífica o entrar en la confrontación militar, recoge The New York Times.
En concreto, Washington puede ayudar al país hebreo a destruir la instalación de enriquecimiento de uranio, colocada profundamente bajo la tierra en la localidad de Fordo. La instalación puede ser alcanzada solo por el mayor arma antibúnker del arsenal estadounidense GBU-57, apodado también como ‘padre de todas las bombas’.
¿Qué es GBU-57?
La bomba GBU-57, guiada por GPS, se conoce oficialmente como Massive Ordnance Penetrator, o MOP (Penetrador de Munición Masiva), y se considera como la mayor bomba no nuclear de EE.UU. El bombardero furtivo de largo alcance B-2 Spirit es capaz de lanzar dicho proyectil.
«Israel no posee ni el arma ni el bombardero necesarios para hacerla volar y sobrevolar el objetivo», resume NYT.
Washington comenzó a diseñar el arma en 2004, durante el gobierno de George W. Bush, específicamente para derrumbar las montañas que protegen algunas de las instalaciones nucleares más profundas de Irán y la República Popular Democrática de Corea. Las pruebas de vuelo se llevaron a cabo de 2008 a 2010.
Además, el B-2 probó con éxito el GBU-57 en 2014, 2015 y 2016. Varios bombarderos completaron un total de cuatro pruebas de lanzamiento en el campo de tiro de misiles de White Sands Missile Range, Nuevo México, en 2017, validando la eficacia de las modificaciones introducidas.
La bomba GBU-57 se erige como una de las armas más formidables del arsenal militar estadounidense. El arma tiene una longitud de 6,2 metrosy pesa 13.600 kilos (con una ojiva de 2.600 kilos). La bomba de precisión guiada contra búnkeres está destinada para neutralizar objetivos ubicados a gran profundidad y fuertemente fortificados.
Su rasgo distintivo es su capacidad de penetrar profundamente en la tierra, atravesando hormigón y acero, antes de detonar, garantizando así el máximo daño a los objetivos que se encuentran bajo tierra.
En concreto, su carcasa de acero endurecido le permite penetrar hasta 60 metros de tierra o decenas de metros de hormigón armado antes de explotar.
Se explica que esto se consigue mediante una combinación de energía cinética -derivada de su caída a gran altitud- y características de diseño avanzadas que mantienen la integridad estructural durante el impacto. Además, la bomba está equipada con un sistema de navegación guiado por GPS que garantiza alta precisión.
¿Qué puntos débiles tiene?
Sin embargo, existen algunas críticas que cuestionan la omnipotencia de la GBU-57. Por ejemplo, analistas expresan sus dudas sobre la rentabilidad del arma, dado su precio estimado de unos 20 millones de dólares cada una y el número limitado de escenarios donde puede ser aplicada. Asimismo, otro punto se centra en que la bomba puede transportarse solo por los caros B-2 Spirit.
La evolución del carácter de las guerras también representa otro reto para la GBU-57, como, por ejemplo, la construcción de búnkeres más profundos o centros de mando descentralizados. En estas circunstancias la eficacia del arma podría disminuirse, y aun las modernizaciones no cambiarían la situación.
Noticia al Día / RT