Jueves 04 de diciembre de 2025
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La odisea del marabino: A la caza de "los tres golpes" en el mercado Las Pulgas

Es fundamental planificar las comidas, crear una lista de mercado basada en esas comidas, comparar precios entre productos y tiendas y evitar las compras impulsivas

La odisea del marabino: A la caza de
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El mercado de Las Pulgas, corazón comercial de Maracaibo, es mucho más que un simple centro de abastos. Para sus habitantes, se ha convertido en un verdadero campo de batalla, donde el ingenio y la perseverancia son las armas principales en la lucha por conseguir los alimentos básicos para el desayuno, el almuerzo y la cena, popularmente conocidos como "los tres golpes".

En este vibrante y caótico espacio, la variedad de productos es inmensa: frutas, verduras, carnes, pollos, pescados, quesos, lácteos y granos, entre otros. Los compradores se mueven con destreza entre los pasillos y puestos, aplicando una estrategia perfeccionada a lo largo de los años para hacerle frente a la fluctuante economía local. Esta práctica, que los marabinos llaman "bucear", es una odisea diaria en busca de los precios más bajos.

Ofertas, una táctica de supervivencia

"Vengo ‘buceando’ desde Las Playitas hasta acá, detrás de Las Pulgas, buscando los mejores precios de plátanos y verduras", confiesa un comprador, quien prefiere no ser identificado. Con una mirada atenta, observa cómo los precios varían de un puesto a otro. "He visto ofertas de 10 y 12 unidades por 200 y 250 bolívares, y me ha ido bien", comenta, satisfecho con su estrategia.

Esta táctica es compartida por muchos. Una vendedora explica que, al igual que ella, otros compradores prefieren llegar a primera hora de la mañana o, curiosamente, después de las 6 de la tarde. En ese momento los vendedores "rematan" la mercancía, lo que se conoce popularmente como "comprar con la fresca", cuando las temperaturas han descendido y los precios también.

La lista de compras

Hacer la compra en Maracaibo no es una tarea menor. Productos básicos como la leche, la harina, la carne o el pollo exigen horas de búsqueda y un esfuerzo considerable ya que sus precios varían constantemente. Los marabinos se han convertido en expertos en esta dinámica, monitoreando los costos para que su dinero rinda al máximo.

Graciela López, una compradora habitual, ilustra perfectamente esta situación. "La mayor parte del presupuesto se la llevó el ‘salao'", comenta, refiriéndose a las proteínas como la carne, el pollo y el pescado. Después de cubrir esos gastos, solo "quedó algo para el ‘graneaito'", es decir, los productos básicos como las verduras, el queso, los huevos y otros víveres que complementan la dieta.

En los mercados de la ciudad, el acto de comprar se ha vuelto un reflejo de la resiliencia económica de sus habitantes. Cada transacción no es solo una compra, sino una victoria diaria contra la inflación y un testimonio de su capacidad para adaptarse y sobrevivir.

Noticia al Día/ Fotos: Will Marval

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