El expiloto brasileño Felipe Massa ha logrado que su demanda contra la FIA, Formula One Management y Bernie Ecclestone por el ‘crashgate’ de 2008 avance a juicio, en busca de una indemnización por daños y perjuicios. Sin embargo, un tribunal londinense ha decidido que no se le puede declarar campeón del mundo de ese año.
El juez Justice Day ha determinado que Massa tiene una base sólida para presentar su caso en juicio, pero ha desestimado su solicitud de un “alivio declaratorio” que lo proclamara campeón del Mundial de 2008. En un comunicado, Massa expresó que este es un “gran día” para él, la justicia y todos los aficionados de la Fórmula Uno.
Massa había acudido al tribunal para reclamar el título que perdió ante Lewis Hamilton por un punto, así como una indemnización de 73 millones de euros (aproximadamente 84 millones de dólares) debido a los daños causados por el famoso ‘crashgate’ en el Gran Premio de Singapur de 2008.
En esa carrera, el piloto de Renault, Nelson Piquet Jr., se estrelló supuestamente de manera intencionada para beneficiar a su compañero Fernando Alonso. Massa, que había salido desde la ‘pole’, terminó fuera de los puntos, mientras que Hamilton logró un tercer puesto crucial para su victoria en el campeonato.
Massa argumenta que la FIA, Formula One Management y Ecclestone eran conscientes del amaño durante la temporada, pero optaron por ignorarlo para proteger la imagen del deporte.
Durante la audiencia preliminar, los abogados de Ecclestone y la FIA intentaron que el caso no llegara a juicio, alegando que el tiempo transcurrido y los errores de Massa en la temporada fueron factores determinantes en su derrota.
El escándalo, que había sido olvidado tras las sanciones a Renault, resurgió cuando Ecclestone admitió en 2023 que la FIA conocía el amaño y que esto podría haber alterado el resultado del campeonato.
Massa, quien no había denunciado antes el asunto, afirmó que no fue hasta la entrevista de Ecclestone que se dio cuenta de la complicidad de las autoridades.
Los abogados de Massa argumentan que el incidente no solo fue un intento de manipulación de resultados, sino que también puso en riesgo la vida de los espectadores y del piloto.
Además, sostienen que hubo un encubrimiento de la conspiración por parte de quienes debían proteger la integridad del deporte, lo que lo convierte en uno de los escándalos más graves en la historia del deporte.
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