Martes 12 de agosto de 2025
Entretenimiento

Una carcajada donde menos la esperas

Cosas que pasan

Una carcajada donde menos la esperas
Una carcajada donde menos la esperas
Facebook Twitter Whatsapp Telegram

A las ocho y tanto de la mañana dejo recostadita, casi que como a un caballo, la moto de MD Cardenal en el estacionamiento de Montielco. La misma rutina una y otra vez. El saludo a los amigois celadores. El rostro lleno de optimismo del "chichero" a quien he explicado con el dolor del alma sobre la diábetes que no me permite caer en la tentación de subir el ascensor con vaso gigante de aquella delicia espolvoreada de canela y unos hilos de leche condensada flotando listos que unos labios que los absorvan. La señora que sube apresurada ¡siempre llega tarde, el hermano motorizado con el delyvery de seis empanadas de carne mechada y dos batidos de lechosa (¿cómo lo sé?. La primera vez me preguntó si era para mi ese pedido).

En esa rutina estuve cuando me sorprendió la carcajada: fuerte, sonora, de alegría con burla y festejo. Miré a los balcones, la azotea, para no encontrar el origen, su procedencia. ¿Pero cómo voy a dar con equella carcajada si estaba en el sitio menos pensado?.

Cerca a la farmacia una camioneta van de una empresa funeraria estacionada, de allì provenía tan semejante celebración. Mi cerebro entró en contrariedad. Los autos fúnebres lleven o no un difunto imprimen respeto, son como una especie de sordina a todo jolgorio, a todo relajo.

Que alguien se ría a pierna suelta en una camioneta de una funeraria no cuadra, pero, pasa.

JC

Temas:

Noticias Relacionadas