Las caravanas vallenatas no son novedad en Valledupar, ciudad donde la música se vive en las calles y los artistas celebran sus lanzamientos con coloridos recorridos. Pero las que protagoniza Silvestre Dangond tienen otro peso.
Así lo dejó claro este jueves 29 de mayo, cuando el cantante guajiro y el acordeonero Juancho de la Espriella iniciaron una multitudinaria caravana que paralizó la capital del Cesar y dio inicio oficial al Festival Silvestrista.
“Estas son las mejores caravanas que hay”, aseguró Otilia Velasco, una ama de casa que adelantó sus oficios para ver a su ídolo. Como ella, miles de seguidores vestidos de rojo se volcaron a la carrera 9, a pocos metros del parque El Viajero, donde a las 3:00 p. m. comenzó el recorrido encabezado por un carro de bomberos. En él, la emblemática dupla volvía a encontrarse tras años de separación, bajo un claro mensaje: “Volvió el poder”.
Silvestre y Juancho, quienes marcaron una década dorada del vallenato, regresan con un álbum titulado El último baile, una producción que ya comienza a convertirse en himno entre sus seguidores. A lo largo del recorrido, que culminó cerca del Parque de la Leyenda Vallenata, se escucharon varios temas del disco, pero fue Volvamos a ser novios —composición de Omar Geles— la más coreada.
Durante casi cuatro horas, la dupla saludó, bailó y compartió con su público entre el sol inclemente y la brisa vallenata. Esta caravana marcó el inicio de un fin de semana cargado de música, emociones y reencuentros, con conciertos programados para el viernes, sábado y el gran cierre el domingo.
Más allá del espectáculo, el evento reafirmó algo esencial en la cultura popular vallenata: ser silvestrista es más que ser fan, es una forma de vida. Una que se expresa en cada canto, cada aplauso y cada paso compartido con su ídolo cuando este los llama.
Noticia al Día / El Espectador