La historia se escribió en apenas 57 minutos. Iga Swiatek, con la precisión de un reloj suizo y la intensidad de una tormenta, conquistó por primera vez la hierba sagrada de Wimbledon al vencer sin contemplaciones a Amanda Anisimova por doble 6-0.
La polaca, conocida por su dominio en arcilla, rompió todos los pronósticos con una actuación perfecta que no dejó espacio para la duda. Cada golpe, cada servicio, cada devolución fue ejecutado con maestría, mientras la estadounidense luchaba por entrar en ritmo sin éxito.
Swiatek se une a la leyenda de Steffi Graf, como la única tenista en lograr un marcador de 6-0, 6-0 en una final de Grand Slam en la Era Abierta, algo que no se veía desde Roland Garros 1988. Pero lo hizo en Wimbledon, donde la hierba suele ser impredecible.
Con este triunfo, la número cuatro del mundo alcanza su sexto Grand Slam, suma su nombre a la historia del torneo británico y se convierte en la primera polaca en levantar el trofeo en Londres. Anisimova, que venía de eliminar a la número uno del mundo, no tuvo respuesta ante un vendaval llamado Iga.
“Es algo irreal”, declaró la campeona tras recibir el trofeo en la cancha central. “Amanda tuvo dos semanas increíbles. Estoy segura de que jugaremos más finales juntas aquí”.
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