
Poner el "arbolito" es una tradición navideña muy arraigada en Venezuela, parte esencial de la decoración junto con el pesebre, donde se colocan regalos en su base, se decora con adornos que simbolizan abundancia y fe, y se convierte en un punto central para la alegría familiar, con orígenes que se popularizaron en el siglo pasado gracias a familias inmigrantes y la influencia norteamericana, transformándose en un símbolo de esperanza y celebración de la Natividad.

Sin embargo, hay personas que no ponen ni un "árbolito"durante la fiesta de fin de año y estudiosos de ese comportamiento han concluído en que obedece a diversas razones, entre las que destacan la falta de espacio preferencial por otras decoraciones, motivos psicológicos como tristeza o estrés ante las fiestas, autenticidad emocional (no sentir el espíritu), por muerte de familiar o por convicciones religiosas que lo ven como un símbolo pagano (aunque la Biblia no lo prohíbe, es una costumbre), o simplemente por falta de ganas.

Existen varios motivos que influyen para que algunas personas prefieran no armarlo y entre los más frecuentes que enumeran los expertos es que estan en una presión emocional en el sentido de que la obligación social de “estar bien” puede resultar incómoda, especialmente si atraviesa situaciones difíciles o no sienten entusiasmo por las fiestas.

Asimismo, el estrés acumulado por obligaciones laborales, financieras y sociales provoca que muchos prefieran evitar actividades adicionales como estas y personas que tienen duelo por familiares fallecidos y otras pérdidas, como aquellos que emigraron, también están entre quienes prefieren no "montar" el árbol de Navidad.

Los expertos estudiosos del comportamiento humano señalan que, las personas que no tienen familiares de sostén en esta época de reuniones, esta situación queda mucho más en evidencia y eligen no participar en esta tradición porque conectan más con otros modos de vivir la Navidad, optando por encuentros sencillos o prácticas que se ajusten a sus propios valores.

Cada una de estas razones evidencia que el vínculo con las fiestas es personal y variable y que no existe una única manera correcta de atravesar este período.
El doctor Thomas Henricks, profesor de Sociología en la Universidad de Elon, en un artículo en Psychology Today expresa que la mayoría de la gente se encuentra atrapada en la expectativa pública de ser festiva o alegre. No todos tienen “el espíritu navideño“, afirmó.
Los expertos recomiendan aprender a gestionar el estrés para pasar unas felices fiestas. Una planificación anticipada y la toma de decisiones familiares colaborativas son elementos clave para mitigar las tensiones y pasar un buen momento.
Para el doctor Salinas “la recomendación más importante es poder separar lo importante de lo accesorio, poniendo el acento en mejorar y disfrutar los vínculos interpersonales significativos”.

Noticia al Día/ Fotos: Cortesía