Martes 20 de mayo de 2025
Cultura

Fundación ALITASIA cumple sus 29 años: Sembrando dignidad y futuro en el corazón de La Guajira

Este, 20 de mayo de 2025, se cumplen 29 años de la Fundación de Alitasia, una organización que, más que…

Fundación ALITASIA cumple sus 29 años: Sembrando dignidad y futuro en el corazón de La Guajira
Fundación ALITASIA cumple sus 29 años: Sembrando dignidad y futuro en el corazón de La Guajira
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Este, 20 de mayo de 2025, se cumplen 29 años de la Fundación de Alitasia, una organización que, más que una institución, se ha convertido en un pilar cultural, social y espiritual de la nación wayuu. Fundada en 1996 por el antropólogo indígena Nemesio Segundo Montiel Fernández Jayaliyuu, esta fundación nació en la Guajira en el sector de laguna del pájaro, con el propósito claro de transformar la realidad de su pueblo desde una perspectiva profundamente arraigada en su identidad cultural y ancestral.

La Fundación Alitasia no es una ONG cualquiera. Es, hasta la fecha, la única fundación local registrada en Sinamaica (capital del municipio guajira) donde sus miembros pertenecen íntegramente a la etnia wayuu y cuyo idioma de trabajo y comunicación interna es el wayuunaiki. Esto no es un detalle menor. En un contexto donde muchas veces las intervenciones externas desconocen las cosmovisiones indígenas, La Fundación Alitasia representa una propuesta genuinamente endógena: una organización forjada por y para los wayuu.

Desde sus inicios, la fundación ha sido un espacio donde la tradición y la modernidad se encuentran sin conflicto. Su labor ha incluido programas de salud comunitaria, educación intercultural, recuperación de saberes tradicionales, culturales, defensa del territorio y acompañamiento a familias en situación de vulnerabilidad, siempre desde una ética del cuidado profundamente comunitaria y humanística.

La Fundación Alitasia ha nombrado "hijos adoptivos" a aquellas personas como académicos, médicos, voluntarios, líderes sociales, funcionarios que han contribuido con acciones significativas a mejorar las condiciones de vida del pueblo wayuu. Este acto, profundamente simbólico, no solo honra a quienes han apoyado la causa, sino que los integra emocional y espiritualmente al tejido social de la comunidad, reconociendo su esfuerzo como un acto de reciprocidad y afecto.

Desde 2024, la fundación ha dado un paso significativo al convertirse en socio implementador en el Clúster de Naciones Unidas, alineándose con iniciativas globales en materia de desarrollo sostenible. En esta nueva etapa, Fundación Alitasia está enfocada en medios de vida sostenibles, seguridad alimentaria y acciones anticipatorias frente al cambio climático, enfrentando los desafíos contemporáneos con la sabiduría milenaria de su gente.

Sembrar el futuro con raíces profundas; En palabras de su presidente actual, Jasai Montiel Calles: “No hacemos caridad, hacemos dignidad. Luchamos para que cada niña o niño wayuu pueda tener agua, comida, escuela, medicina entre otros… pero también nombre, historia y lengua”. Esta afirmación no es solo una consigna, sino una filosofía de trabajo que resume la esencia de la fundación: la defensa de la vida con identidad. Para Jasai y el equipo que lidera, la ayuda no debe ser entendida como dádiva, sino como una construcción colectiva de derechos y oportunidades, que comienza por reconocer la humanidad plena de cada persona indígena, especialmente de los más jóvenes.

El acceso a los servicios básicos es fundamental, sí, pero la Fundación Alitasia insiste en que el desarrollo no puede separarse de la cultura. Una niña o niño wayuu necesita alimentos y vacunas, pero también necesita saber quién es, hablar su idioma, reconocer su linaje, tejer su historia, sentirse parte de un pueblo con raíces y futuro. Por eso, su labor va más allá de lo asistencial: implica fortalecer la autoestima colectiva, revalorizar las prácticas tradicionales, y garantizar que ningún niño o niña no crezca desconectado de su comunidad ni de su territorio.

En ese sentido, la dignidad de la que habla Montiel Calles es una dignidad integral, que incluye tanto el cuerpo como el espíritu, tanto el bienestar material como la pertenencia cultural. Esa es la fuerza de la Fundación Alitasia: construir futuro sin olvidar el origen, sembrar posibilidades sin renunciar a la memoria, tender puentes entre la resistencia ancestral y los desafíos del presente.

Celebrar estos 29 años no es solo conmemorar una fecha. Es reconocer un proceso vital, un tejido de resistencia y creación que ha sabido sobrevivir a las crisis, las sequías, el abandono y las políticas indiferentes. Es también una invitación a seguir creyendo en que otro desarrollo es posible: uno que nace de las comunidades, que respeta la tierra, que abraza la lengua, que honra a los ancestros.

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