Cada 21 de julio los venezolanos celebran el Día del Veterinario, una fecha dedicada a reconocer la invaluable labor de los profesionales que protegen la salud y el bienestar de las mascotas y de toda la fauna que convive con los seres humanos. Desde sus orígenes en el siglo XIX hasta su consolidación en el XX, la medicina veterinaria ha sido fundamental para el país.
Una historia con raíces profundas
La conmemoración de esta importante fecha se remonta a 1946, año en que Caracas fue anfitriona del primer Congreso Internacional de Medicina Veterinaria en el emblemático Liceo Andrés Bello. Durante esa semana, del 21 al 28 de julio, se congregaron expertos de Ecuador, Colombia y Panamá, marcando un hito en la historia de la profesión en Venezuela.
Fue en este encuentro donde se estableció el 21 de julio como el día oficial para honrar a los veterinarios. Sin embargo, los orígenes de la enseñanza de la medicina animal en Venezuela son aún más antiguos. El ilustre Dr. José María Vargas, figura clave en la historia de la medicina venezolana, fue pionero en este campo.
Ya en 1842, impartía la cátedra de "Agricultura, Pastoría y Veterinaria", sentando las bases para lo que hoy conocemos como medicina veterinaria. Décadas más tarde, en 1938, el entonces presidente Eleazar López Contreras dio un paso crucial al decretar la creación de la Escuela Superior de Veterinaria.
Esta institución, ubicada en la Hacienda Sosa de Caracas, fue un pilar fundamental para la formación de nuevas generaciones de profesionales, consolidando la educación veterinaria en el país.
Por ello, cada 21 de julio se rinde homenaje a todos esos hombres y mujeres que, con su dedicación y conocimiento, aseguran la salud animal y contribuyen al equilibrio y bienestar de nuestro entorno. Su trabajo es esencial para la prevención de enfermedades, la seguridad alimentaria y el fomento de una convivencia armónica entre humanos y animales.
Noticia al Día / Hannabelle Urdaneta