El papa León XIV presidió este domingo 13 de julio, su primera misa pública en el pueblo romano de Castel Gandolfo, donde pasa unos días de descanso veraniego, y abogó por una «revolución» de la compasión ante los males del mundo, como las guerras, la indiferencia y los sistemas opresores.
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«Ver sin pasar de largo, detener nuestras carreras ajetreadas, dejar que la vida del otro, sea quien sea, con sus necesidades y dolores, me rompan el corazón. Eso nos hace prójimos los unos de los otros, genera una auténtica fraternidad, derriba muros», recomendó.
El pontífice ha decidido retomar la tradición de pasar una parte del verano en esta pintoresca localidad a las afueras de Roma, más fresca al estar en lo alto de un volcán extinto y a orillas del lago Albano, y aunque ya ha interactuado con sus vecinos desde su llegada el pasado domingo hoy ofició la primera misa pública en el lugar.
Lo hizo en una pequeña iglesia barroca proyectada por Bernini y dedicada al agustino -como él- español santo Tomás de Villanueva. León XIV llegó al lugar a bordo de un vehículo eléctrico y, antes de empezar la misa, rezó unos instantes ante la Virgen de su altar.
El pontífice ha decidido retomar la tradición de pasar una parte del verano en esta pintoresca localidad a las afueras de Roma, más fresca al estar en lo alto de un volcán extinto y a orillas del lago Albano, y aunque ya ha interactuado con sus vecinos desde su llegada el pasado domingo hoy ofició la primera misa pública en el lugar.
En esta primera semana suya en Castel Gandolfo, León XIV ha tenido algunas audiencias privadas, como con el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, y ha oficiado en el jardín pontificio una misa por el cuidado del medioambiente.
Pero hoy ha tenido su primer acto público y pudo sentir la alegría de cientos de vecinos y fieles atravesando a pie, pero rodeado de guardaespaldas, la plaza del pueblo que separa la iglesia del enorme Palacio Apostólico, a cuyas puertas rezó el Ángelus dominical.
«Queridos hermanos y hermanas, estoy contento de encontrarme aqui, en medio de vosotros, en Castel Gandolfo», proclamó, suscitando gritos de ‘viva el papa’ de la muchedumbre que le escuchaba.
«Saludo a las autoridades civiles y militares presentes y os agradezco a todos por esta calurosa acogida», agregó.
En su mensaje, León XIV celebró la reciente beatificación en Barcelona del marista Lycarion May, asesinado en 1909, y saludó a distintos grupos llegados a Roma, como la parroquia de San Pedro Apóstol de Alcalá de Henares por los 400 años de su fundación.
Pero también saludó a la comunidad agustina de su antigua diócesis de Chiclayo, en Perú, llegada a Roma por el Jubileo.
Antes de despedirse, el papa volvió a tener palabras por la paz: «Hermanos y hermanas, no nos olvidemos de rezar por la paz y por todos aquellos que, a causa de la guerra y de la violencia, se encuentran en un estado de sufrimiento y necesidad», concluyó.
El pontífice seguirá su días de asueto en Castel Gandolfo hasta el próximo 20 de julio y luego regresará para el fin de semana del 15 de agosto.
Noticia al Día/Vatican News