En 1914, José Gregorio Hernández, conocido como el “Médico de los Pobres”, visitó el convento donde residía su hermana, Sor Magdalena Hernández, un momento que dejó una profunda huella en la comunidad religiosa. Las anotaciones del lugar reseñan el impacto de su visita, señalando que “sin él darse cuenta, nos dejaba ver cómo la llama del amor de Dios arde en su alma”. Este testimonio revela la espiritualidad intensa y el compromiso con la fe que acompañaba a José Gregorio en su labor médica y humana.
Sor Magdalena fue un pilar fundamental en la vida de su hermano, sobreviviendo a todos sus hermanos y dejando un legado de fe, perseverancia y amor a Dios. Como religiosa dedicada y ejemplo de servicio, su vida estuvo marcada por la devoción y el acompañamiento constante al al doctor José Gregorio Hernández , reflejando la importancia del apoyo familiar en la vocación y obra de una figura tan emblemática para Venezuela. Su historia, menos conocida, ofrece una dimensión humana y espiritual clave para entender la fuerza interior que inspiró a José Gregorio Hernández en su misión de ayudar a los más necesitados.

Este vínculo entre hermanos muestra cómo la fe y el servicio pueden ser un legado compartido, y destaca la influencia vital que Sor Magdalena tuvo en el fortalecimiento espiritual y personal del beato, cuyo impacto sigue siendo un símbolo de esperanza y amor fraternal en el país.
Pasante/Andrea Barrueta
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