Un día como hoy, hace 41 años, el beisbol venezolano alcanzó la inmortalidad, cuando el zuliano Luis Aparicio Montiel fue exaltado al Salón de la Fama de las Grandes Ligas, convirtiéndose en el primer y único venezolano en recibir ese honor en Cooperstown.
Aparicio, campocorto y maestro del robo de bases, recibió 341 votos de los 403 posibles en su sexta nominación, consolidando una carrera de 18 temporadas en la MLB con los Medias Blancas de Chicago, Orioles de Baltimore y Medias Rojas de Boston. Su legado incluye nueve Guantes de Oro, lideratos en bases robadas, 13 Juegos de Estrellas, una participación clave en la Serie Mundial de 1966 y un promedio vitalicio de .262.
Durante la ceremonia de exaltación, el entonces comisionado Bowie Kuhn lo presentó con palabras que aún resuenan en la historia del deporte: “Les presento a alguien que desde hace tiempo ha debido estar aquí. Me refiero al mejor shortstop de todos los tiempos, Luis Aparicio.”
Desde aquel domingo en Cooperstown, el número 11 de Aparicio fue retirado por los Medias Blancas, y su figura se convirtió en símbolo de excelencia, disciplina y orgullo nacional. Su placa permanece como testimonio eterno del talento venezolano en el diamante.
Actualmente, con 91 años, el zuliano es el más longevo entre los inmortales del beisbol que aún se encuentran con vida y superan los 80 años: Luis Aparicio (91), Bud Selig (90), Sandy Koufax (89), Bill Mazeroski (88), Pat Gillick (87), Juan Marichal (87), Billy Williams (87), Tony Oliva (86) y Jim Kaat (86).

