Miércoles 22 de octubre de 2025
Zulia

¡Sin pelos en la lengua y con molleja de sazón!: Los refranes jocosos más utilizados por los maracuchos en la vida cotidiana

El léxico maracucho es una explosión de metáforas vivaces y coloridas, usando el hipérbole para describir desde el hambre hasta la personalidad. Frases como "más anima’o que una paila ‘e gallitos" o "más inútil que un cenicero en una moto" demuestran una creatividad lingüística inigualable. El uso del voseo y las interjecciones como "¡Qué molleja!" son la firma de este dialecto, que convierte lo cotidiano en un relato

¡Sin pelos en la lengua y con molleja de sazón!: Los refranes jocosos más utilizados por los maracuchos en la vida cotidiana
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En el estado Zulia, los marabinos —aunque nos conozcáis como maracuchos— tenemos un hablar que es más concentra´o que un cubito y más claro que bombillo ‘e 500. Nuestra manera de decir las cosas es tan única que hasta los refranes tienen su propio tumba´o. No se trata solo de hablar rápido, ¡es ponerle sazón a cada frase, vergación!

La alegría, el aburrimiento y el hambre, versión Maracaibo

Cuando un maracucho anda contento, no está feliz, ¡está más anima’o que una paila ‘e gallitos! Pero cuando la cosa se pone lenta, ¡más aburrí’o que un partido de ajedrez por la radio! Y si el buche está vacío, el hambre es más grande que garrapata en peluche (o qué piojo en peluca). ¡Verga, es un hambre que duele!

El "agarrao" y el inoportuno

¿Esa gente que te pide plata y nunca paga? ¡Son más agarra’o que una vieja en una moto! Más duros que tractor a pedales o que una pedrá de cerquita. Y nunca hace falta el tacaño y de cariño le decimos: parecéis un cochinito ‘e porcelana: hay que tirarte al piso pa’ que soltéis los cobres.

 Y al que se mete donde no lo llaman, le decimos: ¡Voy a montar una mesa de pool con las bolas que me paráis! ¡A vos no te importa, mijo!

Amor y descaro: El maracucho sin filtro

Si alguien te llama la atención décimos me gustáis más que el capítulo del chavo en Acapulco. Pero el maracucho no se queda con nada. Si tenéis la frente grande te dice tenéis más frente que Makro.

 Si la persona tiene los dientes grandes: Cargáis más dientes que una pelea ‘e perros. Y si la estás embarcando, sois más inútil que un teclado sin ENTER.

Y si le extraña algo una situación, te dice: Vos sois más raro que chino con afro (o que conejo sin oreja). ¡Qué intens@! Sois más neci@ que un cadillo en el ojo.

El súper-concentrao y el pelao

Hay gente que sabe mucho, que está más concentra’o que un cubito y sabe más que un caldo e’ pesca’o. Pero también están los que andan sin plata, y le decimos andáis más pela’o que rodilla ‘e chivo.

La expresión de lo ordinario

Cuando algo es de mal gusto o mala calidad, se vuelve más ordinario que una hallaca amarrada con teipe. O que urna con calcomanías. O peor aún, que un sanitario transparente o que tetero de yuca. ¡Y no hablemos de una gandola pirateando en la C2 !

Si algo es difícil, es más duro que un mordisco ‘e loca. Y si es arriesgado, es más peligroso que cirujano dueño de funeraria o que un clavo en un tobogán. Si la situación está interminable, es más largo que esperanza de pobre. Y si un cable está roto, cargáis más empate que manguera de invasión.

Quemao, contento y rascao

El que está avergonzado o desprestigiado, está más quema’o que cenicero ‘e bingo. ¿Y el que está feliz por algo inesperado? Más contento que mujer en Farmatodo.

Si te encuentras perdido te dicen: Dais más vuelta que un machorro dentro de una pipa. Y si la suerte te abandonó, estáis más sala´o que lampazo e barco.

Al final, el que no aguanta palos, terminará más rasca´o que oreja ‘e perro. Y al que habla mucho, lo comparan con un aparato que no se calla: ¡Estáis como las cajas negras: decís to’a vaina!

Como veis, el habla maracucha no es solo una forma de conversar, sino una verdadera identidad. Cada refrán jocoso y cada expresión coloquial funcionan como una marca distintiva que hace a los zulianos inmediatamente reconocibles en cualquier rincón al que vayan. Este lenguaje vivo, sin pelos en la lengua, es la prueba de que el ingenio y la sazón de Maracaibo se llevan en la voz y con vos.

Hannabelle Urdaneta

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