La sociedad de vida apostólica los Paúles, fundada por san Vicente de Paúl, tiene más de 400 años en la lucha contra la pobreza, la marginación, la exclusión social, el abandono pastoral y la ignorancia religiosa por medio de la evangelización a los sectores más necesitados.
Los Paúles, o mayormente conocidos como los misioneros Paúles, son un grupo de evangelizadores encargados de colaborar con fe, alegría, espíritu de oración y sacrificio, dando testimonio de Cristo Evangelizador de los pobres.
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Con más de 400 años en servicio, los misioneros Paúles operan bajo la premisa de la Buena Noticia y Caridad, teniendo por misión abordar las zonas más abandonadas y de menos recursos por medio de las misiones populares, llevando la palabra de Dios, en seguimiento de su ideal en el versículo Lucas 4:18.
“El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos”, Lucas 4:18.
Los Paules en Venezuela
Actualmente, los misioneros Paúles en Venezuela se dedican a la evangelización, siguiendo la tradición de la congregación desde su fundación. Con actividades semanales, se dirigen a distintas comunidades para compartir su esperanza, devoción y compromiso a través de eucaristías, bautismos y primeras comuniones.

Para estas actividades, distintas iglesias y sacerdotes de diversas zonas de Venezuela se reúnen para contribuir con la evangelización por medio de retiros, misas de clausura y diversos eventos recreativos, como la peregrinación.
Los misioneros Paúles recorren todo el país en busca de comunidades necesitadas y con la ayuda de donaciones realizan sus eventos. En estos eventos reciben la visita de diversas personalidades de la arquidiócesis que contribuyen a cumplir con su misión.

Historia
La congregación de los misioneros Paúles nace como la iniciativa de un sacerdote francés llamado San Vicente de Paúl en el año 1625.
El sacerdote francés chocó directamente con la miseria, la marginación, la exclusión social, el abandono pastoral y la ignorancia religiosa del pueblo pobre y sencillo de la ciudad y del campo.
Esta cercanía con la realidad de la época generó en Vicente la necesidad de ayudar, comenzando a atender a moribundos, abandonados y enfermos, y dedicándose arduamente a su labor en la evangelización, encargándose de dar catequesis a los campesinos.
Sin embargo, ante la necesidad de ayuda, Paúl se rodeó de un pequeño grupo de sacerdotes que, al poco tiempo, se convirtió en la Congregación de la Misión.
Posterior a su fundación, la Congregación de la Misión recibió la aprobación del arzobispo de París y el visto bueno del rey Luis XIII de Francia en el Parlamento.
El padre Vicente lucharía por plasmar de manera clara su forma de ver el mundo, aclarando a todos los miembros de la congregación de la misión que el propósito de la misma era imitar al mismo Jesucristo en la práctica de todas sus virtudes y en la enseñanza a través de la evangelización a los pobres y necesitados.
La misión se expandió rápidamente a toda Francia y posteriormente, bajo solicitud de diversas diócesis, la Misión se expandiría a Italia, Irlanda, Escocia, Polonia, Madagascar y España, hasta llegar a gran parte del mundo.
Noticia al Día / Reyhans Quiroz