En una sesión de alta tensión en el Consejo de Seguridad de la ONU, convocada de urgencia por Venezuela, Rusia advirtió a Estados Unidos contra la comisión de un "error irreparable", refiriéndose a un posible ataque militar contra la nación sudamericana bajo el concepto de la lucha contra el narcotráfico.
La reunión se centró en el significativo despliegue militar estadounidense en el Mar Caribe, una acción que Moscú y Caracas consideran una amenaza directa a la paz regional.
Vasili Nebenzia, representante permanente de Rusia ante la ONU, fue el encargado de articular la contundente denuncia. "¿Qué es esto, preparativos para una invasión?", cuestionó directamente al describir la movilización militar de Washington.
Según detalló, desde agosto, Estados Unidos ha concentrado una fuerza considerable en la región, incluyendo tres destructores, acorazados, submarinos nucleares y aviones de patrulla, sumando un contingente de más de 4,000 efectivos en las costas venezolanas.
Para Nebenzia, estas maniobras militares "amenazan directamente la paz y la seguridad regionales e internacionales" y otorgan a Venezuela "todos los motivos para creer que EE.UU. está listo para pasar de las amenazas a la acción".
El diplomático ruso desestimó la justificación de Washington, que enmarca la operación como una ofensiva contra el narcotráfico.
Nebenzia calificó esta narrativa como una "propaganda no basada en hechos", diseñada para legitimar una agresión. Además de rechazar la justificación estadounidense, Rusia expresó su condena a los ataques contra embarcaciones civiles, calificándolos como "flagrantes violaciones de los derechos humanos".
En su intervención, Nebenzia reafirmó el apoyo de su país al gobierno y pueblo de Venezuela. Subrayó la disposición de Rusia para colaborar con Caracas y "evitar la injerencia en los asuntos internos" del país, haciendo un llamado a la solidaridad internacional frente a lo que describió como una inminente amenaza.
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