Jueves 13 de noviembre de 2025
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Jacqueline Goldberg recorre en Maracaibo los mapas de la memoria

Jacqueline Goldberg, reconocida poeta y editora venezolana, presenta su libro de poemas Mata de nervios, una obra de gran carga…

Jacqueline Goldberg recorre en Maracaibo los mapas de la memoria
Foto: Archivo de El Diario
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Jacqueline Goldberg, reconocida poeta y editora venezolana, presenta su libro de poemas Mata de nervios, una obra de gran carga autobiográfica que explora la profunda conexión de la autora con Maracaibo y con su madre, Elsa.

La obra, que fue escrita durante la pandemia, es un ejercicio de escritura y memoria donde Goldberg se sumerge en los recuerdos de su infancia y vida familiar, entrelazando su historia personal con la de la ciudad. Para ella, Maracaibo es como una madre, una figura que ha marcado su vida y su obra, aunque no la había abordado explícitamente en trabajos anteriores.

“Sería muy natural decir que la tierra es la madre, pero en mi caso es efectivamente así. Mis padres hubieran podido quedarse en Caracas, donde se conocieron, pero se fueron a vivir a Maracaibo, y eso le dio un sentido distinto a lo que fue toda una infancia. Mi mamá es Maracaibo, estuvimos en Maracaibo por mi mamá”, declaró la autora en entrevista para El Diario.

Mata de nervios fue publicado originalmente en 2024 por Frailejón Editores en Colombia. Posteriormente, Oscar Todtmann Editores, a quien Goldberg considera su casa editorial, publicó una nueva versión para Venezuela, la cual incluye cambios significativos, como una dedicatoria diferente y un prólogo de la escritora Natasha Tiniacos. La autora afirma que el libro es un proyecto "vivo" que seguirá editando y al que agregará nuevos poemas.

Foto: Archivo El Diario

El libro se presenta como un homenaje a la madre de la autora y a la ciudad de Maracaibo, ambas nacidas el mismo día. Este vínculo es el motor de la obra, que narra la infancia de Goldberg en un barrio de la ciudad llamado "Tierra Negra".

“Tenía que llegar el momento de ese regreso al lugar natal, porque Maracaibo con la distancia ya se me ha vuelto un gran asombro, digamos, más allá de la cotidianidad. Hablo de esos datos que se confunden con la memoria, con la historia familiar, con la infancia, y ya se van volviendo datos, anécdotas, temas que desde la poesía cobran otro sentido”, afirma.

A través de la poesía, Goldberg va compartiendo recuerdos fragmentados, como imágenes instantáneas que se revelan con el tiempo, incluyendo el amor y el desamor en el circo, la visión del lanzamiento del Apolo 11 y la figura de su madre a lo largo de su vida. A diferencia de sus trabajos anteriores, donde había abordado la figura de su padre y su abuela, este libro se centra en gran medida en la relación con su madre.

Foto: Isabella Alguacil

Mata de nervios es el cuadragésimo libro de la colección de poetas venezolanos de Oscar Todtmann Editores y puede ser descargado de forma gratuita desde la Biblioteca Digital de Banesco. La autora reconoce el esfuerzo de las editoriales para mantenerse en un sector con tantas dificultades en el país y afirma que su agradecimiento es infinito.

Goldberg cuenta en su libro que creció en un sector llamado Tierra negra, donde de niña solía excavar en las macetas del edificio buscando tesoros o petróleo. En su ventana, la vista lejana del lago era tan imponente que a veces soñaba que Maracaibo era una isla y una gran ola lo engullía todo. Una pesadilla un poco profética cuando ve el estado actual de la ciudad, que pareciera aislada del país y arrasada en todos sus servicios básicos.

“Nací en ciudad fibrosa e impulsiva/ nací para nunca hablar de ella/ jamás escribir sobre ella/ juntas éramos/ manojo/ enredadera/ bifurcación/ matorral/ mata/ mata de nervios”, reza unos de los poemas.

La poeta ahora no solo la escribe, sino que la hace protagonista de cada uno de esos pasajes de su vida, que se presentan de forma fragmentada, como la imagen de una fotografía instantánea que aparece poco a poco en la memoria. Las ópticas de su padre y los primeros textos en la máquina de escribir, el amor y desamor en el circo o ver en la televisión al “pájaro de fuego”, como Renny Ottolina llamó al Apolo 11 en su despegue a la luna.

Goldberg se mudó a Caracas en 1991, a los 25 años de edad. Desde entonces una sensación de desarraigo la invadió y se quedó con ella. Décadas antes de que palabras como “migración” o “diáspora” se normalizaran en el lenguaje venezolano, ya ella las había experimentado al cambiar el azul del lago de Maracaibo por el verde del Ávila.

Asevera que con el tiempo descubrió que compartía ese sentimiento con otros escritores que, como ella, venían del interior. Poetas como Rafael Cadenas, quien es de Barquisimeto, estado Lara, y hasta Natasha Tiniacos lo reconoce en su prólogo. Un paraíso perdido como la “y” que alguna vez acentuó la voz indígena de la palabra “Maracaybo” (de hecho, así la llama en varios poemas).

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Redacción: Jordan Flores

Noticia al Día/Información de El Diario

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