A veces, un recuerdo se clava tan hondo que despierta ecos en lo más profundo del pecho: ver a Nelson Arrieta cantando Regálame tu amor con Guaco en una feria de Maracaibo en 1994 es una de esas joyas que no solo emociona, sino que duele bonito. El alma, envuelta en VHS y polvo dorado, reconoce en ese video más que una canción: un instante eterno donde la ciudad vibraba con tambor y brisa caliente, donde la voz del sentimiento guaquero tocaba fibras que hoy, décadas después, siguen temblando al compás del ayer.
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