Años de agresión, dolor y un "mar" de emociones encontradas llevaron a Jaimar Bravo a ponerle fin a su matrimonio con Yordano Valecillos.
El proceso de divorcio para los zulianos no terminó por la vía legal, sino por la sangrienta, la que deja un vacío y grandes dudas, como si se cuestionara aquello que no se termina de entender.
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Cómo pueden los celos causar tanta perversidad en un hombre, sí, según lo relatado, fue él que con sus acciones "mató" los sentimientos de su esposa.
Valecillos no aceptó que Bravo lo dejara y en represalia prendió en fuego la casa donde estaban sus dos hijos y aun su esposa. Él también entró al inmueble y murieron todos calcinados. "Sí, creemos que se trata de un asesinato-suicidio", dijo el sargento de policía de West Jordan, Andrew Hercules, al declarar este martes 22 de julio.
Una fuente cercana a la familia relató al medio Utahzolanos, que Valecillos había vendido sus pertenencias y tenía planificado irse de la casa ese sábado. Había faltado al trabajo de manera inusual y tenía una actitud que reflejaba la tensión que vivían.
Agregaron, que antes de morir, la niña alcanzó a decir: "Papi, gasolina". Las pruebas recabadas corroboran esas declaraciones de la menor", dijo la policía
Otras evidencias recogidas incluyeron una lata de gasolina cerca del cuerpo del padre y un fuerte olor a gasolina en toda la residencia, incluso después de que se extinguió el incendio.
Su hermana, Anaís Bravo, viajó desde New Jersey a Utah para encargarse del funeral de sus seres amados.
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